Si sois de los que tenéis poco espacio pero os gusta tener las cosas bien organizadas estoy segura de que estas rejillas os van a encantar. Son prácticas, ligeras, las podéis poner en cualquier sitio y en cualquier posición y al no tener fondo no añaden carga visual lo que es esencial si el espacio es pequeño y no queréis sobrecargarlo.

Quedan bien encima del escritorio a modo de tablón, en la cocina para tener los utensilios a la vista y bien organizados, en la habitación como zapatero, en la terraza para sujetar las plantas o incluso en la entrada usándolas como perchero. En cuanto a colores podéis jugar con el mismo tono de la pared o con contrastes si preferís que resalten, y también podéis incluir cajetines o baldas en función de vuestras necesidades. Por lo que veis, son muy pero que muy versátiles.

A mí desde luego me encantan, lo único complicado de decidir ahora es dónde colocarlas porque en todos los sitios me parece que quedan genial.